Las firmas electrónicas son una parte fundamental de todas las empresas que están trabajando en remoto. Con una política adecuada, podrás facilitar el proceso de firma incluso de los documentos más importantes.
Un beneficio de esta tecnología es la facilidad para firmar acuerdos y cualquier tipo de documentos, incluyendo contratos de compra-venta, contratación de personal, entre otros.
Pero, ¿por qué el proceso tradicional es obsoleto cuando estamos trabajando en remoto?
Las oficinas cuentan con, por ejemplo, una copia en papel enviada por correo o fax, luego la firman y la devuelven al remitente. También pueden imprimir una copia en papel, firmar y luego escanearla y enviarla por correo electrónico al solicitante.
Todo este papeleo se convierte en un sinfín de copias en papel firmadas en cajones de archivo, como formularios de consentimiento de empleados almacenados en una carpeta del personal.
Esto dificulta en gran medida la trazabilidad de los documentos y las firmas, y vuelve lento y tedioso todo el proceso.